US
METRIC
DetailsModel Mayhem #:
711002
Last Activity:
Mar 03, 2011
Experience:
Some Experience
Compensation:
Any
Shoot Nudes:
Yes
Joined:
May 05, 2008
Age:
37
Height:
5' 9"
Weight:
166 lbs
Neck:
0"
Sleeve:
0"
Chest:
0"
Waist:
0"
Inseam:
0"
Shoe:
0.0
Ethnicity:
Skin Color:
Olive
See More Details
Eye Color:
Brown
Hair Length:
Short
Hair Color:
Brown
Tattoos:
n/a
Piercings:
n/a
Genres:
n/a
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Friends (16)About Me
La leyenda va a contar que fue un hombre que quiso ser un
héroe. Alguien que trepándose y arrastrándose desde los sótanos de su doloroso hedonismo, consiguió erigirse en una actitud inexplicable. Ni él podrá comprender cómo dibujó esa figura de sí mismo sobre el mapa de las miradas. Pero lo hará. La medida de la heroicidad no la dan los grandes titulares de los escenarios de los libros que cuentan las historias de grandes hombres cuyas imágenes paralizan nuestra grandeza. Héroes de la calle y el bar, del barrio y la ranchada, del camino allí donde los agarre. Allí donde tres tarados humillen al más débil o sensible, donde cinco mutilados se ríen del dolor de alguien, donde dos mandriles insultan a una dama, donde un jefe o un maestro o un padre o uno que dice que sabe o uno que tiene se abuse del que nos duela. Allí, estará el héroe. Cada ¡NO! Tiene que resonar como un latigazo de dignidad que hará vibrar la leyenda que nos comunica. Qué fuerza nos dará, qué lágrimas reiremos cuando sepamos que Cacho saltó, porque sí nomás, allí donde hace falta. Me decía Willy: más que te torturen a vos, más te duele cuando escuchás los gritos de tu compañero torturado. Me decía Novoa: no debe haber nada peor que asistir a la agonía de un niño. Y seguía sin embargo, nos hemos acostumbrado a esa agonía. Este dolor que nos rodea no permite el placer. La percepción de ese dolor nos impide ser como ellos y nos impide también ser como nosotros. Nuestras almas están perdidas, ya no hay un lugar en este mundo para nosotros. Hace un tiempo no me atrevía a pensar cómo quería morir. Ahora presiento que quiero morir como corresponde: mirando hacia las tormentas, yendo hacia el peligro, buscando a los nobles. En la misma dirección desde donde vendrán las balas y las pestes y las maldiciones del miedo. Tal como iremos viviendo: apartándonos de los que dicen saber, huyendo o peleando con los que tienen poder, lejos de los que ya no sueñan una vida mejor porque la vida ya no sueña con ellos. Cuando se dibuje la raya que separe los dos lados de la calle, tendremos el altísimo honor de estar de este lado. La calle es el último reducto de los indios ángeles príncipes locos desterrados por la razón de los déspotas. El viento de la calle limpiará los malos olores del arte y la teoría, arrastrará los programas culturales y las filosofías y canciones de quienes la observan desde sus vacaciones en Madrid. En todas las épocas, los sofistas desgastan las palabras, las arrancan de las cosas para que estos signos que escribo no puedan conmovernos. Es probable que estos signos estén muertos. Pero puedo jurarte que ya he probado el deseo de cinco estrellas y he planeado el futuro estereofónico con mi corazón congelado. No, yo no quiero ir a naufragar sin disfraz por ese corso perdido al que un día me invitaron. Quiero volver a sentir las olas de la vida, asfixiándome de pasión. He perdido el amor de mi cuerpo huyendo de los brazos fríos, de los besos hablados por los libros. ¿Tus hijos, tus padres, tus novias, tus problemas? En la calle hay muchos hijos que te darán el amor que hoy crees dar y padres que te enseñarán nuevas cosas y novias con cariños de fuego y muchos problemas de muchos hombres a resolver. Existe esa remota tierra que es la calle, hacia allí van los héroes que queremos ser. Una canción que suena desde los confines de la leyenda nos ayuda a avanzar. Y la canción dice: ¡NO! ENRIQUE SYMNS
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